Hola, una vez más vuelvo con una entrada sobre juegos de Rol, que es a lo que últimamente le estoy dando más vueltas. Como me suele suceder, después de una de esas charlas roleras una vez llego a casa y tengo un rato, empiezo a darle vueltas a todo lo hablado con mis contertulios.
En esa charla hablamos sobre teorizar más que jugar como ya dije en la entrada anterior. Pero en el café también salió el tema de los juegos antiguos y los juegos nuevos.
Esta semana he estado leyendo el manual del jugador de Ad&d 2 edición, una vieja joya que guardo cual reliquia y he de decir que su lectura me ha resultado muy entretenida, puede que la nostalgia haya jugado en su favor. También días atrás empecé Numenera, que también me estaba dejando un agradable sabor de boca, pero no completé su lectura no por aburrido ni mucho menos.
Mi estantería acumula juegos viejos y nuevos, unos a los que he jugado y otros a los que no. Ad&d es uno de los que aún teniendo bastante material no llegué a arbitrar y es de esas espinas clavadas que siempre que miras a la estantería te lo recuerdan.
Yendo al tema de la entrada como ya he comentado een otras entradas, yo escucho podcasts, veo canales de youtube y algún que otro blog y foro, en los cuales se habla sobre los juegos old school y se deja una impresión de que son juegos en los que prima el combate y las metas por encima de la interpretación.
He arbitrado a bastantes juegos, sobre todo de la década de los 80 90, ahora leyendo juegos más actuales la impresión que me dan comparándolos con los old school es que sus sistemas se enfocan más al manejo de la trama y que esta siga adelante intentando hacer más fácil la labor del máster. Entiendo que esto es un punto a favor de los juegos nuevos, pero en detrimento de la profundidad de otras reglas.
Yendo al tema de la entrada como ya he comentado een otras entradas, yo escucho podcasts, veo canales de youtube y algún que otro blog y foro, en los cuales se habla sobre los juegos old school y se deja una impresión de que son juegos en los que prima el combate y las metas por encima de la interpretación.
He arbitrado a bastantes juegos, sobre todo de la década de los 80 90, ahora leyendo juegos más actuales la impresión que me dan comparándolos con los old school es que sus sistemas se enfocan más al manejo de la trama y que esta siga adelante intentando hacer más fácil la labor del máster. Entiendo que esto es un punto a favor de los juegos nuevos, pero en detrimento de la profundidad de otras reglas.
El trabajo de un master, es cuánto menos duro lo cual no significa que no sea gratificante. En los juegos old school por lo menos de la manera que yo los he jugado, era misión de los jugadores construir un personaje con cierta profundidad y que éste se integrase en la trama, este trabajo hacía que la interpretación surgiera de manera más natural sin ser ayudada por unas reglas , brotando de la imaginación de los jugadores.
Me gustan los juegos en los que se desarrollan personajes carismáticos que perduran en el tiempo, pero los juegos old school por lo general no suelen ser un paseo, por contra los juegos actuales suelen cuidar o dar soluciones a los pjs. Por un lado no veo con malos ojos que se proteja a los pjs, pero si estos pierden la sensación de peligro, la diversión cae en picado. Ese tipo de ayudas hay veces, que desde mí punto de vista son demasiado evidentes, prefiero que mis jugadores sientan que no tienen todas las cosas bajo control, también que investiguen y que sean parte activa, no meros espectadores viendo como la trama sucede delante de sus ojos.
Estoy fuertemente condicionado por cómo he jugado y mi manera de concebir los juegos de rol, y no seré quién critique formas de fomentar la interpretación, pero creo que para pasarlo bien jugando a rol que es de lo que realmente se trata esto, el arbitro, máster, narrador o como demonios quieras llamarlo y jugadores colaboren de manera activa en crear una historia y sobretodo disfrutarla.
Y con esto acabo, aunque seguramente volveré a la carga sobre este tema en un futuro, nos vemos en la siguiente entrada.